Tarde de fùtbol

Pues ayer, después de trabajar, que mejor que comunicarse un poco con la familia para que no se preocupen y vean que estàn a gusto. Bueno, tan poco tan a gusto, no se piensen que les han olvidado y al volver encuentren sus cuartos convertidos en una sala para la plancha.

Tienen las instalaciones del colegio toda la tarde y después de pasar poco tiempo en la sala de ordenadores, se bajaron al patio donde hay seis o siete futbolines, una mesa de ping pong y un baùl lleno de balones. Y a eso se dedicaron, al deporte. Echaron un 21 en las canastas y ganò Nerea, uno cincuenta y poco, contra Jesùs y Jaime, que estàn en el uno noventa. Lo que es la vida. Leo jugò pero estaba pensando màs en molar y en el "flow" que en otra cosa.

Bogdan y Raùl se echaron un ping pong como si fueran chinos.

Cenaron pasta, parece que el tòpico se cumple, porque ya llevan tres tandas de "macaroni", y nos fuìmos a dar una vuelta por el pueblo. El lunes que viene son las fiestas del Santo Patròn de Fossano, San Giovenale (San Juvenal de toda la vida), y estàn montando una verbena al mejor estilo tradicional, con sus puestos de tiro al blanco, la olla, las camas elàsticas, el top spin, el pulpo, los coches de choque, los caballitos, el olor a fritanga y demàs. 

Visitamos el campo de fùtbol del Fossano, un pequeño estadio con hierba natural, que es escuela deportiva de la Juventus de Turìn, que a los chicos les gustò mucho. Allì nos encontramos con uno de los entrenadores, que nos estuvo dando algunas lecciones futboleras, recitando de memoria las alineaciones del Milan de años atràs; tambièn hizo gala de su carnet de socio y nos recordò a Ancelotti cuando era jugador del equipo milanese.

Se acercaba la hora de la semifinal y debe de ser cierto que cuando uno està fuera de su tierra aumentan los sentimientos de pertenecia al paìs de origen, porque nos morìamos de ganas de ver al Real Madrid pasando a la final de la Champion, hasta las chicas que eran menos aficionadas mostraron interès por el partido.

Raùl y Bogdan disfrutando del partido.

Llegamos al bar Viale, el que serà nuestro pequeño templo para ver los partidos de la semifinal y posible talismàn (ojalà hoy el Atleti corra la misma suerte y nos encontremos en la final de Lisboa). Nos tomamos un refresco junto a los paisanos, pùblico màsculino de diferentes razas. Era curioso ver como seguìan el partido en absoluto silencio como el que està disfrutando de una buena obra de teatro, pero ya nos encargamos nosotros de poner la nota de alegrìa y exaltaciòn. Fue una manera estupenda de acabar el dìa y llevarnos una alegrìa mayor de la esperada.

La alegrìa después de la victoria.

 

Al llegar a la casa de Boschetti, siendo ya tarde y con el cansancio acumulado, nos juntamos en la capilla para las Buenas Noches. Està resultando un momento muy bonito cargado de emociones y sentimientos, donde los chicos pueden compartir todo aquello que llevan dentro y dar gracias por lo vivido. Anoche resaltamos el buen ambiente de compañerismo que hemos creado entre todos, nos sentimos como una familia, recordamos a nuestros seres queridos, comprobamos que con entusiasmo y esfuerzo uno puede conseguir lo que se proponga; estamos agradecidos por la acogida que hemos recibido,...